La agonía de Montañana

No le ha servido de nada a Montañana el haber sido declarado su conjunto urbano como Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural hace ya varias décadas. Los años siguen pasando y el recinto monumental de Montañana se sigue deteriorando sin que, salvo actuaciones puntuales que no tienen la lógica prosecución y por eso mismo sólo sirven para agudizar más los problemas, las autoridades culturales hagan nada por evitarlo.

No nos vamos a extender aquí en la descripción de su conjunto monumental, que se hace en este mismo número de El Ribagorzano en otra sección, sino en el lastimoso estado que presenta uno de los conjuntos urbanísticos más interesantes de la región aragonesa. El Ayuntamiento de Puente de Montañana ha denunciado en reiteradas ocasiones esta situación de abandono institucional que tiene un segundo capítulo con la degradación del propio núcleo medieval de la cabecera del municipio. Por este motivo, ya en octubre de 1995 reclamaba del Gobierno de Aragón que considerase la urgente necesidad de un Plan Especial para Montañana y la declaración de «Zona de Rehabilitación Preferente» para el municipio a la vez que se enviaban una serie de Memorias Valoradas en las que se señalaban las actuaciones más urgentes que se debían emprender en los núcleos de Montañana y Puente de Montañana.

En su solicitud, el consistorio explicaba que Puente de Montañana, que alberga la mayor parte de la población del municipio, atesora un núcleo histórico con gran interés arquitectónico, con calles porticadas y plazas de gran belleza. Montañana, por su parte, es un Conjunto Artístico de la Edad Media que conserva piezas arquitectónicas de reconocido valor. Carece este núcleo en gran parte de población estable y se ha convertido en una residencia estival con graves problemas de desarrollo debido a la situación de abandono y ruina que presenta y a la carencia de servicios mínimos de alcantarillado y agua corriente, entre otros.

Para el ayuntamiento ribagorzano, la situación de deterioro actual de Montañana, fruto del abandono institucional durante muchos años, precisa de actuaciones contundentes y presupuestariamente respaldadas. Cabe decir que -en opinión de este consistorio- no sería operativo realizar planes puntuales que no contemplaran una actuación integral y de conjunto. La rehabilitación de las iglesias románicas y los edificios públicos no puede ignorar la situación de ruina de los edificios privados. Y la rehabilitación de éstos no puede abordarse sin la construcción de una red de alcantarillado y agua potable para lo que sería necesario actuar en la pavimentación y los accesos, actuaciones éstas que precisarían la ejecución de un Plan Especial y la declaración de Área de Rehabilitación Preferente.

Las actuaciones a realizar en Montañana, en opinión del Ayuntamiento, pasan por la rehabilitación total de su patrimonio arquitectónico y, consiguientemente, la revitalización en todos los órdenes del núcleo urbano. Una serie de actuaciones de orden secundario deberían garantizar la obtención de los objetivos principales en el proceso de rehabilitación del núcleo monumental. Estos son:

Estas peticiones estaban avaladas por el informe remitido en 1994 por José Luis Martín-Retortillo Baquer, a la sazón vocal de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural, al Departamento de Ordenación Territorial del Gobierno de Aragón. En él, el redactor reconocía entre otras cosas que el pueblo medieval de Montañana forma un Conjunto Monumental de gran importancia que contiene iglesias y un puente románico, recintos defensivos y estructuras de origen militar así como edificios, y calles empedradas de gran belleza y significación.

Igualmente señalaba que Montañana constituye un pintoresco lugar de origen medieval, fortificado, que requiere acciones de conservación y reparación dado que su estado de conservación es muy deficiente y cada temporada se producen desplomes y derrumbes. Martín-Retortillo abogaba por un decidido conjunto coordinado de acciones, sometidas a un programa unitario, para salvar el que considera como el mejor conjunto urbano medieval de la provincia de Huesca y proponía ya entonces una serie de medidas urgentes.

Desde entonces se ha generado mucho papeleo que sólo ha conducido a una actuación parcial en las iglesias de Nuestra Señora de Baldós y en la de San Juan; desgraciadamente estas actuaciones han sido paralizadas sin que se sepa el motivo y no se sabe cuando se van a reiniciar. El último capítulo de esta poco edificante historia ha ocurrido hace unas semanas; las instituciones aragonesas han intentado desviar la atención generada por su incompetencia procurando enfrentar a los integrantes de la Asociación de Amigos de Montañana -un colectivo de vecinos y residentes temporales en este núcleo que lucha por la rehabilitación de su pueblo con su propio Ayuntamiento en una maniobra torpe y denunciable que sólo ha servido para generar malestar entre los habitantes de este municipio ribagorzano. Como telón de fondo se adivina la falta de interés del Gobierno de Aragón en desbloquear la, partidas necesarias para comenzar los trabajos en Montañana. Y mientras tanto, la ruina y el abandono se enseñorean de este antiguo feudo de los Caballeros Hospitalarios que un día jugó un papel protagonista en la historia de Ribagorza.